Mucha gente considera a Steve Jobs un genio, y en cierta forma lo fue pero no necesariamente de la manera en que la gente suele recordarlo.
Steve Jobs comprendió mejor que nadie en su momento la utilidad que se podía aprovechar de la tecnología. Cuando las personas claman que Steve Jobs en realidad no inventó nada nuevo, de alguna manera tienen razón, pero también es cierto que Thomas Alba Edison no inventó la bombilla, sólo creo un filamento que permitía a la bombilla dar mayor luminosidad y durar por mucho más tiempo, lo cual finalmente resultaba en un uso práctico, ya que antes de eso, las bombillas existentes eran más bien pruebas de concepto y resultaba más eficiente seguir usando una vela o lámparas de gas para la iluminación.
De igual manera Steve Jobs no inventó ni la computadora, ni el smartphone ni los reproductores mp3, pero creó versiones de estos aparatos que finalmente se les pudo asignar un uso práctico, ya que antes la de él, las computadoras sólo eran vistas como máquinas para la industria, y no como aparatos de uso personal, los smartphones seguían teniendo la principal tarea de hacer llamadas y no eran vistos como plataformas para proveer información y los reproductores mp3 podían almacenar sólo un número limitado de canciones, por lo que se volvían ineficientes al momento de tener que estar cargando las canciones que se querían escuchar durante la semana o el mismo día.
Sus productos lucían mejor y él creía firmemente que eran mejores, para él, los productos debían funcionar de la misma manera que eran anunciados, en este sentido el buen gusto no era un lujo, es más bien una decisión moral, particularmente por los mercadólogos que formarían el futuro. Si vendías un producto inferior y eres exitoso, entonces eras un tirano. Y si lo comprabas entonces eras un crédulo.
La fórmula del éxito
Su fórmula consistía no en ofrecer lo mismo que la competencia, sino en analizar detenidamente el uso que el usuario le daba y de esta forma mejorarlo, tomemos por ejemplo el caso de los mp3’s y el ipod, en su presentación original de 2001, Steve Jobs presenta las ventajas y desventajas de los reproductores de música de esa época y las desventajas que presentaba cada uno, además de dar ejemplos de uso del nuevo producto, muchas veces limitando sus funcionalidades para enfocarse en la tarea que fueron diseñados, esta misma fórmula se repite en 2007 en la presentación original del iphone original.
Para poder convencer a los clientes a adquirir un nuevo producto del mercado, es necesario que ellos sean capaces de ver el valor de las cosas antes de comprarlas, y esto es lo que define a Apple que lo hace distinto a la competencia, Apple no enlista las características de sus aparatos, enlista los problemas que resuelve, no es fácil para el consumidor promedio saber si lo que necesita es más RAM, más espacio de disco duro o la diferencia de un sistema operativo de 32-bit o 64-bit, sin conocimiento técnico ellos sólo ven números, y asumen que entre más grandes sean mejor será el producto, lo cual no siempre es verdad. Apple dedica gran parte de sus campañas publicitarias a educar a sus clientes para que puedan estar conscientes de que características son las que ellos necesitan, y los clientes pueden saber que es precisamente eso lo que necesitan. Para ello no necesitan saber como funcionan sus productos, si no que problemas son los que les resuelve.